“Tragaluz abierto un instante sobre un pequeño hecho natural; resplandor súbito, sonrisa formada a medias, suspiro interrumpido antes de ser oído.”
(Chamberlain)
(Chamberlain)
*
Me han regalado un haiku. “Bonsáis”, les digo (como les llama alguien más), por ser tan pequeños y por estar directamente relacionados con esta cultura que los hizo nacer.
Estuve leyendo El Rincón del Haiku. En cuanto a su extensión, un haiku (o haikai) es un poema breve de aproximadamente 17 sílabas, que suelen estar organizadas en 3 versos (5-7-5). Éste no tiene ni título ni rima, su simplicidad es tal que se puede prescindir de signos de puntuación y mayúsculas.
En el haiku abundan los sustantivos: es una forma poética predominantemente nominal, de expresión sencilla y concisa. El poema suele tratar de la naturaleza, de la realidad, de lo que perciben los sentidos del que escribe. Generalmente, el haiku se crea a partir de la apreciación directa de un acontecimiento, que puede ser trivial, para ser “espiritualizado” por el escritor, y elevado por encima de su pequeña trascendencia.
El haiku, además, suele estar impregnado de un fuerte sentimiento de estación: primavera, verano, otoño, invierno... año nuevo; y forma parte de la rica cultura nipona, perteneciendo a ésta desde hace siglos; al igual que la ceremonia del té, el arreglo de jardines y los bonsáis.
Estuve leyendo El Rincón del Haiku. En cuanto a su extensión, un haiku (o haikai) es un poema breve de aproximadamente 17 sílabas, que suelen estar organizadas en 3 versos (5-7-5). Éste no tiene ni título ni rima, su simplicidad es tal que se puede prescindir de signos de puntuación y mayúsculas.
En el haiku abundan los sustantivos: es una forma poética predominantemente nominal, de expresión sencilla y concisa. El poema suele tratar de la naturaleza, de la realidad, de lo que perciben los sentidos del que escribe. Generalmente, el haiku se crea a partir de la apreciación directa de un acontecimiento, que puede ser trivial, para ser “espiritualizado” por el escritor, y elevado por encima de su pequeña trascendencia.
El haiku, además, suele estar impregnado de un fuerte sentimiento de estación: primavera, verano, otoño, invierno... año nuevo; y forma parte de la rica cultura nipona, perteneciendo a ésta desde hace siglos; al igual que la ceremonia del té, el arreglo de jardines y los bonsáis.
El regalo que me han hecho:
Tú,
Tú,
luz de cielo
que irradian
que irradian
mis pupilas.
(D.D.)
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Ahora te invito... ¿Quieres intentarlo tú?